Bueno amigos, hoy Mr. Sunshine os promete un viaje por los sentidos, afinad vuestro olfato, sentid el roce áspero del roble, contemplad ocres y pasteles, oíd el crujir de la madera, y por su puesto, saboread un largo trago de historia y tradición , porque hoy, prometo llevaros a la tierra del vino, un lugar donde generación tras generación, se ha transmitido un maravilloso saber, que ha hecho de la denominación de origen Vinos y Vinagres del Condado de Huelva, todo un referente nacional e internacional de nuestros caldos, únicos en el mundo.
Que os parece si os comento, que solo existen tres tipos de vinagres con denominación de origen en Europa: Módena, Jerez, y El Condado. Si amigos, porque Huelva y el Condado, no son solo un exclusivo patrimonio de nuestros generosos vinos, sino que además contamos con una variedad de Vinagres, dignas de competir con cualquier otra denominación existente en el mundo.
Y heme aquí, hoy entre botas de vino y barricas de roble, oliendo a vino, a soleras, y rezumando historia en cada uno de los poros y rincones, de una de las más reputadas bodegas, situada en pleno corazón de Huelva, en la población vitivinícola de Bollullos par del Condado.
Aquí, en las Bodegas Oliveros, y entre dos generaciones de bodegueros, compartiré con vosotros mi rica experiencia, donde cuerpo y alma se acompañan de sensaciones, que no podrán solo ser explicadas en este reportaje, sino que deberán ser experimentadas por vosotros mismos, para entender el porqué de este misterioso y milenario arte, que consigue convertir la simple uva, en un majestuoso elixir, llamado vino.
Las Bodegas Oliveros, de tradición familiar, y actualmente en su tercera generación, son en nuestros días, un referente nacional e internacional de los vinos del Condado de Huelva. Juan Oliveros Perea fue su fundador aya por el año 1940, donde a su buen hacer y continua expansión, siguió su hijo Jaime Oliveros Macías, que llevó el peso de la bodega durante los años 70, 80, y 90. Ya con la entrada del nuevo milenio, su hijo y tercera generación de bodegueros, Miguel Oliveros Andrade, se hizo con las riendas de la empresa, llegando a convertirla, y 
adaptarla a las nuevas tecnologías y sinergias del mercado actual, siendo la exportación, uno de sus pilares de ventas, además de apostar firmemente por el “enoturismo”, un campo en que sin duda las Bodegas Oliveros, son el máximo exponente en el Condado de Huelva.
En esta ocasión no entraré en detallar las distintas clases, de los conocidísimos vinos del condado, pues os remito a las numerosas webs especializadas en dicha materia, pero dejadme hablar un poco de las excelencias de esta Bodega, que os pone a vuestra disposición algunas joyas de sus barricas como: sus vinos blancos Juan Jaime, o Viña Oliveros, sus vinos dulces, vermouth, olorosos, y por su puesto sus exquisitos vinagres Oliveros solera, reserva, añada, y balsámico reserva al Pedro Ximénez.
Y volviendo a la esencia de esta peculiar bodega, no me resisto a contaros algunas de sus particularidades que a continuación compartiré con vosotros.
Las bodegas Oliveros, acogen a todo tipo de público, que desee conocer los entresijos y detalles de la crianza, elaboración, y maduración de los mejores vinos y vinagres del Condado. Dentro de sus instalaciones, serás recibido por un excelente grupo de profesionales, que os informará durante vuestra visita turística a la Bodega, la cual estará acompañada de una inolvidable cata, en uno de sus típicos salones acondicionados para dicho cometido, donde del mismo modo podrás comprar y probar de primera mano, los mejores caldos y vinagres de Huelva.
Fácil acceso, zona de aparcamientos, amplias instalaciones, zona de catas y exposición, cava subterránea, aseos para discapacitados, y un largo etcétera, que os esperarán en esta bodega del Condado de Huelva.
Ah, y no olvidéis que para visitar la bodega los fines de semana, tendréis que reservar previamente vuestra visita, ya que habitualmente no se hacen catas en Sábados y Domingos.
Bueno amigos, tras un largo recorrido por sus instalaciones, mi visita a las bodegas va tocando a su fin, Jaime y Miguel Oliveros han sido unos excelentes anfitriones, y me han acompañado por cada uno de los rincones de esta excelente bodega, donde en cada detalle florecen arte, cultura, historia, y tradición, a partes iguales.
Que mejor compañía pues, que la de esta generación de bodegueros, para hacerme sentir un privilegiado entre sus botas de vino, sus excelentes caldos e historias, las cuales a continuación paso a compartir con todos vosotros, en un extracto de mi entrevista al Miguel Oliveros Andrade, actual responsable y gestor de las bodegas Oliveros.
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Miguel, que es para ti la Bodega Oliveros:
Para mí la bodega es algo que forma parte de mi vida desde niño. Mis dos abuelos eran vinicultores, recuerdo que de pequeño jugaba en esta Bodega, entonces regentada por mi abuelo Juan Oliveros. Me crié entre botas de roble, oliendo a olorosos, y a madera cerrada. A posteriori mi padre tomó las riendas del negocio, y ya de mayor solía quedar con mis amigos para echar unas cartas, o simplemente disfrutar de unos vinos en la bodega.
La cultura del vino se apoderó de mí, y sin darme cuenta, con el paso de los años y de forma natural, entendí que mi vida estaría ligada por siempre al mundo del vino.
Cual es la situación actual del negocio:
Nuestra Bodega cuenta con una excelente salud, si bien hay que decir que el mercado nacional está bastante saturado, nosotros en particular hemos sabido leer los cambios necesarios para adaptarnos a los nuevos tiempos, pasando de la estructura tradicional de una bodega de finales del siglo pasado, ha un cambio de gestión y rumbo con la llegada del nuevo milenio. Por todo ello nos hemos especializado en la Exportación de nuestros vinos, y en el Enoturismo, del que podemos decir que somos unos de los principales referentes en nuestra comarca.
Háblanos de tus vinos y danos alguna noticia:
En relación a nuestros vinos y vinagres, contamos con las diferentes variedades típicas de nuestra zona de denominación de origen Vinos del Condado de Huelva.
Contamos con distintas marcas sobradamente conocidas en el mercado, y seguimos apostando por la calidad de nuestro producto.
Recientemente hemos inaugurado nuestra cava subterránea, una instalación única en la zona, donde almacenamos a una temperatura estable de 18º grados, excelentes soleras y vinos madres en barricas de roble, y que puede ser visitada por nuestros clientes.
Pero además, este próximo año, coincidiendo con el 70 aniversario de nuestra Bodega, vamos a lanzar al mercado una nueva modalidad de vinos tintos de crianza, obviamente amparados y regulados por el consejo regulador de vinos, con denominación de origen Vinos del Condado de Huelva.
Creemos ahora más que nunca, en esta apuesta de futuro, que aunque costosa para estos tiempos de crisis, nos permitirá obtener excelentes vinos tintos de calidad, con nuestros propios recursos.
Vuestra apuesta de futuro:
Para las Bodegas Oliveros el futuro es totalmente optimista, pasando por mantener y ampliar si cabe las cotas de calidad en nuestros productos, y apostando por el mercado exterior, como un referente natural del desarrollo y consumo de nuestros vinos, que encuentran en destinos tan dispares como America, Asia, Africa, y por supuesto Europa, junto con España, un importante nicho de mercado donde seguir creciendo.
Dedicamos amplios esfuerzos en la difusión y exportación de nuestros vinos, que día a día cuentan con mayor reputación y demanda en el extranjero.
Además, nuestras pretensiones son las de ir creciendo de una forma controlada, manteniendo la estructura familiar de nuestro negocio, en la línea habitual de la bodega durante los últimos años.
Por último, háblame de tus orígenes y sentimientos. Que es Oliveros para un hombre que forma parte de la tercera generación de bodegueros, en una empresa familiar del Condado de Huelva:
Oliveros es una bodega con alma.
Una bodega que cuenta con todos los medios y dotaciones tecnológicas actuales, pero sin olvidar que somos un negocio familiar, donde la tradición y la calidad deben ir siempre de la mano.
En nuestra cava subterránea guardamos reservas de olorosos desde el año 1940, cuando fue inaugurada la bodega por mi abuelo Juan Oliveros Perea. Ahí se encuentra la primera solera del abuelo, un vino perfectamente conservado durante el pasar de los años, y que con estos, ha ido envejeciendo y mejorando aún si cabe.
Excelentes materias primas, tradición, botas de roble, y una temperatura constante harán el resto, para que este gran reserva perdure de por vida. Ahora mismo hablamos de 70 años, pero cuando tenga 150, estará igual o aún mejor.
Aquí dentro experimento una sensación única, y los recuerdos vienen a mi mente, a través de las imágenes y el olor a vino.
“El viejo” me llamaban mis abuelos, y de ellos aprendí a enamorarme de la bodega y sus vinos, los cuales permanecen aquí como el legado de mi familia hacia mi persona, y el más importante presente que yo pueda dejar a mi descendencia.
Cuando entro en esta cava, hablo con mis abuelos, llego al corazón de la bodega, meto la caña en alguno de sus barriles, y me bebo sus recuerdos.
Unos recuerdos que solo yo puedo entender, al apreciar realmente, que guardan estas viejas barricas de roble. Historias, sentimientos, amor al vino, y un largo etcétera de sensaciones vinculadas al mundo del vino, durante tres generaciones de bodegueros.
Aquí atesoramos, los sentimientos que esta familia ha sabido transmitir a sus vinos, unos vinos con alma.
Noviembre 2009
